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Buscando interpelaciones idelógicas en el fragmento teatral «Après moi, le déluge».

ras haber leído este fragmento teatral, debo reconocer que me resulta a priori muy poco vinculado o relacionado con las preguntas que plantea este Reto. Sin embargo, en una lectura más forzada y minuciosa sí creo que se puedan encontrar puntos de conexión. Las preguntas que se nos han planteado contestar en relación a este texto son las siguientes: ¿Cómo se manifiestan en esta obra teatral la relación entre ideología y subjetividad, y la tensión entre sujeción y subversión?

En este fragmento teatral que, como decía, debíamos analizar en base a unas cuestiones concretas, se presenta la siguiente escena. En ella aparecen dos personajes, un hombre de negocios muy ocupado que mantiene en una habitación una reunión con un intérprete, también de mediana edad y aparente masculino, aunque al final del texto se le trate en femenino. En adelante, me referiré a él aquí como padre o intérprete. Al hombre de negocios le mencionaré como hombre. Éste, padece alguna enfermedad y tiene problemas con el alcohol, lo que, junto con el exigente trabajo, hacen que su vida sea cada vez más tortuosa en su madurez, a pesar de ser rico. El intérprete le cuenta que ha tenido una vida vinculada al espectáculo como cantante o actriz, es viudo y perdió a su hijo cuando tenía 3 años, aunque este dato lo oculta hasta el final del texto creando una farsa sobre ello que determina este encuentro (Cunillé, 2008).

La conversación que mantienen empieza inicialmente como una reunión en la que el padre trata de convencer al hombre de que contrate a su supuesto hijo. Parece que el intérprete le fuerza para mantener esta conversación, ya que el hombre de negocios expresa que hubiese abandonado la reunión antes, incluso dice que le abordó a punta de pistola. Este es el argumento principal; los esfuerzos del padre por tratar de convencer al hombre de que se lleve a su hijo. Y por su parte, los contraargumentos del hombre para no llevárselo. Mientras se produce este intercambio, cada uno de ellos va dándole al otro detalles sobre su vida, a veces con preguntas y respuestas cruzadas sobre sus vidas que van más allá del argumento principal. Hablan de sus trabajos, su vida en la madurez, sus enfermedades, su relación con la muerte, la vida o forma de ser del supuesto hijo, etc. Pero siempre llevando los argumentos, por parte del padre, hacia su deseo de convencer al hombre de negocios de que se lleve a su hijo (Cunillé, 2008).

Al relacionar toda esta escena con las preguntas que se nos plantean, voy a referirme a los conceptos que hemos trabajado en los últimos comentarios de los debates. Para ello, comenzaré con la teoría de Althusser sobre la interpelación de la ideología sobre los individuos, transformándolos en sujetos ideológicos. Él mismo decía que, hasta un niño ya nace interpelado por la ideología que le rodea de forma dominante, por ejemplo, asumiendo directamente los apellidos de su padre (Althusser, 1974). A lo que Judith Butler añadía que no sólo la ideología nos interpela de manera verbal con el lenguaje. Sino que nos vemos ideológicamente interpelados por todo lo que nos domina, incluidos los gestos, las imágenes, símbolos, colores, etc (Butler, 2010).

Esta ideología y subjetividad se manifiestan en la escena que acabo de narrar de distintas formas. El hombre de negocios, por ejemplo, se posiciona como un hombre práctico con respecto al ofrecimiento y la insistencia del padre para que contrate a su hijo. Le dice los motivos económicos y funcionales por los que no le interesa su hijo. El padre que además ha trabajado en el mundo del espectáculo, se comporta como tal tratando de vender a su hijo con historias que convenzan al hombre de negocios. Los dos tienen esos roles sociales muy marcados, en base a la ideología que se espera que haya configurado sus personalidades. Por lo que el hombre ni de lejos se imagina que el padre le está engañando. Porque no entra dentro de las ideologías que han conformado sus personalidades ni tampoco la mía, como lector. No te imaginas nunca que un padre se invente la vida de su hijo muerto. En cambio, sí te esperas que el hombre de negocios sea rico, con una vida personal complicada o que tenga excesos de trabajo y con el alcohol, así como alguna enfermedad.  Ni siquiera sorprende que el padre haya sido violento con el hombre con tal de conseguir algo para su hijo. Porque las ideologías que han marcado nuestra personalidad determinan la forma en la que nos relacionamos y percibimos la realidad. 

En ese sentido y respondiendo a la segunda pregunta, también se puede relacionar esto con la tensión entre la sujeción y la subversión. Entendiéndose lo primero como aquello que se sujeta a la ideología y cultura dominante, y lo segundo lo contrario, lo que la subvierte siendo algo algo alternativo y distinto (Carbonell, 2020). Dentro de estos términos vemos que el comportamiento a priori del padre y del hombre de negocios se sujetan a los estereotipos que tenemos de ellos, según la cultura e ideología dominante que yo también comparto. Sin embargo, algunos de sus actos ya no se sujetan a ello y por subvierte estas nociones. Es raro que el padre al final de la escena sea tratado con el género femenino. Igualmente, resulta raro que el hombre de negocios se quede con él y le invite a una copa tras saber que le ha estado engañando y que le ha hecho perder su valioso tiempo. Un hombre de negocios no se comportara así. Incluso al final hay frases subversivas, como cuando le dice al padre que seguro que muchas veces le invitan a una copa en su trabajo… Todo ello no concuerda con lo que esperamos de ellos ideológica y culturalmente.

 

Althusser, L. (1974). Ideología y aparatos ideológicos del Estado. (A. J. Pla, Trad.) Buenos Aires: Letra e.

Butler, J. (2010). Mecanismos psíquicos del poder. Teoría sobre la sujeción. Madrid: Cátedra.

Carbonell, N, (2020). Cultura y subjetividad. Barcelona: UOC. 

Cunillé, L. (2008). Après moi, le déluge. En Deu peces. Barcelona : Edicions 62. p. 452-507

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